Mi Burrito Sabanero va camino de Belén. Pero no encontrará el pesebre al estilo de siempre conocido, humilde, sencillo, pero seguro.
No son buenas las noticias que nos llegan de Belén. La alegría de la Navidad brilla por su ausencia, no hay ni luces ni campanas. No se manifiesta. La guerra sumerge la alegría, o la silencia, en el subconsciente de la comunidad cristiana más antigua de la historia de las religiones. No hay peregrinos como antes. El comercio de recuerdos religiosos, de objetos o baratijas -si usted quiere- de estampitas, figuras de madera de olivo, ya casi no existe, se va cerrando. Hay miedo en la población cristiana de Belén. Muchos han emigrado y quedan unos valientes en condiciones económicas muy difíciles.
No se trata aquí de señalar culpables sino de resultados. Son lamentables, por una serie de causas encadenadas que llevan al hecho de que la comunidad cristiana autóctona piensa en emigrar porque solo se enfrenta a un futuro heroico.
La Asociación Amigos de Tierra Santa puede contaros más cosas en directo, porque se reúne una vez al año en Burgos y comparte esta preocupación. De su fundador, el burgalés Fray Teodoro López (OFM), del que fui compañero de senderismo de Jerusalén a Belén y al Jordán, hay que decir que es autor de una guía muy legible y completa de Tierra Santa.
Llegan noticias mejores de Haifa, donde está el Carmelo. Resulta que la comunidad cristiana celebra la Navidad con manifestaciones externas sin problema, sin metralletas como en Belén. La diferencia está en que el efecto de la guerra no es el mismo. Haifa es territorio de Israel desde 1947. Belén desde 1968 está en el enemigo, según Israel.
Los cristianos en Israel, según la estadística, son unos 180.000, un 2% del total. Los de Haifa, melquitas, maronitas y griego-ortodoxos tienen derecho a la nacionalidad israelí. Pero se sienten discriminados. Se consideran ciudadanos de segunda, por su origen étnico y por su religión. También contemplan en cierto modo la opción de emigrar. Los estudiantes de la Universidad de Haifa ven Londres, Chipre y Miami como destinos posibles. Y pueden conseguirlo, porque no en vano cursan sus estudios en inglés. Ni en árabe ni en hebreo.