Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


El ‘procomún’

29/12/2024

El discurso de fin de año de Felipe VI fue este año más allá de las generalidades habituales en esas circunstancias. Son ya muchos discursos similares que se copian con las adaptaciones a cada momento. En esta ocasión Felipe VI dispuso de un texto más elaborado, nuevo, sin merma de la neutralidad política exigible al que tiene que representar a la nación. Del discurso (1.600 palabras y 15 minutos) me parece destacable un concepto que hoy está en desuso: 'el bien común' o el 'procomún' que acepta nuestro diccionario e interpreta como algo de 'utilidad pública'. 

Hasta en siete ocasiones utilizó la idea del 'bien común' en su breve pero sustancial discurso. De manera que no era algo ocasional, circunstancial o no intencionado. Más aún cuando es un término viejuno para la conversación política de los últimos tiempos. Explorar el término en la teoría política y moral nos retrotrae a los grandes pensadores, a Platón, Aristóteles, Santo Tomás, y más recientemente a economistas como Samuelson (cuando habla de bienes públicos cuyo consumo no disminuye su disponibilidad por los demás) o a John Rawls (que en su Teoría de la justicia señala que el interés común se refiere a ciertas condiciones que son de ventaja para todos). 

Los contrarios a lo que representa Felipe VI han dicho que lo mejor que se puede hacer es no hacer caso a lo que diga. Debe ser porque escucharle, incluso hacerle caso, puede ir contra sus pretensiones. Los más o menos partidarios han felicitado al Rey, pero no quiere decir que vayan a hacerle el menor caso. El 'interés común' no se lleva. Lo que predomina es el interés de parte, la política segmentada en favor de uno u otro grupo identificado como potencial agradecido por atender sus reivindicaciones. 

Buena parte de la desafección política actual, del rechazo de las élites dirigentes, del grito 'no nos representan' puede que gire en torno al desdén por el 'procomún', a la sensación de muchas personas de que no se atiende a lo que les preocupa sino a otros intereses habitualmente inconfesos.

El discurso del Rey son palabras, algunos dirán que gratuitas, incluso irrelevantes. Pero su insistencia en el 'interés común' tiene miga que debería hacer pensar a los que tienen poder.

ARCHIVADO EN: Política, Rey Felipe VI