¿Qué tiene que tener una ciudad para elegir vivir en ella? La lista puede ser interminable porque, entre otras cosas, tiene que ver con necesidades y deseos. Se me ocurre que, para empezar, me gustaría que tuviera 'talento', cuestión con muchas connotaciones, pero creo que siempre positivas porque las vinculo a la inspiración. Lo cierto es que el talento también se entrena. Y para trabajarlo, primero hay que identificarlo. 

Hoy arranca el curso en las escuelas, uno de los primeros ecosistemas en los que ya se puede trabajar el talento y esa capacidad para saber qué hacer con nuestras destrezas, las que saltan a la vista y las que están escondidas, porque soy una convencida de que todo el mundo tiene habilidades, no hablo de altas capacidades. Ayudar desde la etapa escolar a los niños a descubrir esa aptitud y orientar desde los colegios en cómo desarrollarla me parece imprescindible. No hay posibilidad de desarrollo de talento sin educación y formación. La escuela es la primera semilla para diagnosticar esa dote que más adelante en las distintas etapas educativas y laborales permitirá el desarrollo personal y profesional. 

Es la formación precisamente uno de los ejes del Plan de Talento que acaba de presentar el Ayuntamiento. La vivienda asequible, el empleo, el ocio y la calidad de vida completan las líneas del proyecto. Noticia positiva porque traza un plan de ciudad competitiva a medio plazo y pone cifras y plazos; también por su vocación colaborativa. Porque piensa en el Burgos del futuro y parece que quiere empezar a ejecutarlo de forma realista con inversiones. Y, sobre todo, porque parece que identifica las líneas que trabajar para que Burgos sea una ciudad de talento, capaz de retenerlo y atraerlo, inspiradora y con calidad de vida.

Celebro también que el plan presentado por el Ayuntamiento focalice en las personas porque sin capital humano no hay desarrollo que valga. Solo falta ver su ejecución.