Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


Barro

15/11/2024

Medios de comunicación tan sonados como The Guardian o La Vanguardia y decenas de perfiles particulares huyen de X (si hay alguien que la llame así y no Twitter) porque se ha llenado de bulos, desinformación, barro -el de verdad y el virtual- y enfrentamiento. La verdad es que basta con estornudar en esta red para que cualquiera se le eche encima a una, como para ponerse a opinar de cualquier cuestión. Esta misma columna, que primero se leerá en papel, podría recibir una buena colección de insultos cuando el CM de este periódico la comparta en redes. Cuesta imaginarse como ciudadanos pacíficos a algunos usuarios -que ni siquiera se identifican con su nombre real- que insultan, ofenden e inventan, aunque quizá son como ese amable vecino que cuando se pone al volante de su vehículo se transforma en una bestia malhablada y violenta y luego cuando vuelve a su vida real se vuelve un tierno corderito. Si no me creen, solo tienen que buscar las entradas que este periódico publicaba anteayer en la red de Elon Musk (en Facebook tres cuartos de lo mismo) sobre la concentración en la que varios miles de burgaleses pedimos al Ayuntamiento que rectificara su decisión de dejar sin convenio a las asociaciones que ayudan a personas migrantes en Burgos. 

El nivel de bilis, de ataques, de intoxicación interesada por parte de algunos usuarios es de tal calibre que asusta. Y explica el intento -fallido, gracias a la sociedad burgalesa- de Vox de dejar sin fondos esa actividad con la que estas asociaciones alivian el trabajo de los servicios sociales del Ayuntamiento de Burgos. Quizá no calibraron que lo que proponían -y que el PP consintió durante una semana- les iba a poner frente a gran parte de esta ciudad, como reconocía ayer la alcaldesa al hablar de la «transversalidad» de la protesta. Una ola de solidaridad que ha demostrado que a veces sí se pueden revertir las injusticias. Y sí, el panorama de las redes es desolador, pero si nos damos cuenta de una vez de las consecuencias que pueden tener para la sociedad, se pueden rebatir las mentiras interesadas y la desinformación. O igual hablo desde el optimismo propio del viernes.