Hay años que los Reyes Magos cometen olvidos imperdonables con quienes se han portado bien. Hay otros 6 de enero en que llegan muy cortos de suministros por falta de presupuesto. Y hay ocasiones en que acuden a nuestros domicilios generosos de verdad. Esas otras Majestades de Oriente, las de la política -dadivosas solo de boquilla y con dinero ajeno- siempre visitan estas tierras, sin excepción, ataviadas con andrajos y escasas, muy escasas, de ofrendas, porque la mayoría se las han dejado en otras latitudes. En fin, un 7 de enero como éste no es mala fecha para que usted, lector, haga recuento de todo lo que le ha prometido el Gobierno central, la Junta, el Ayuntamiento o la Diputación y aún está esperando para poder quitarle el papel de regalo y disfrutarlo como corresponde. La lista sería muy larga, como la de esos niños, inocentes, que aún creen que todas sus peticiones serán atendidas porque la llegada de los regalos no tiene nada que ver con el estado de la economía familiar sino con la habilidad hechicera de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Efectivamente, los fondos de que disponen las Administraciones son finitos y, por tanto, no pueden satisfacer las demandas de todos los ciudadanos. Sin embargo, hay proyectos burgaleses que duermen desde hace años el sueño de los justos y no terminan de ver la luz por circunstancias de distinta índole, en la mayor parte de los casos por la falta de voluntad política para ejecutarlos. Las autovías son el ejemplo más claro. El Ministerio de Transportes ha dejado caducar proyectos de construcción tanto en la A-73, en la A-12 como en la A-11, con lo que su retraso se ha vuelto crónico. Y qué decir del AVE a Vitoria. Con la alta velocidad avanzando entre Venta de Baños y Burgos los trámites administrativos para su continuación hacia el País Vasco avanzaron a paso de tortuga. De tal manera que los asturianos pueden presumir de disponer ya de un tren rápido hasta Madrid pero a un burgalés se le queda cara de tonto cuando en la estación Rosa Manzano el tren desacelera cuando va en dirección norte. Y el Tren Directo, y el parque tecnológico y el centro de salud del Silo y el Hospital de la Concepción. Por pedir que no quede.