No he seguido muy de cerca la evolución de la celebración de la semana cidiana, por lo que toco de oído. Más allá del acierto o desacierto de que el evento dure una semana larga en lugar de un fin de semana, a mí lo que me parece es que ha tomado una dimensión que me ha hecho reflexionar. En este tipo de cuestiones, el éxito suele medirse por el número de personas que disfrutan de las actividades. Si además son turistas todavía mejor. Bajo este punto de vista, los organizadores deben estar satisfechos. Estamos lejos todavía de las multitudes que prácticamente colapsan otros eventos que se celebran en nuestro país, haciendo imposible su disfrute, pero no conviene perderlo de vista. 

Soy consciente de que para determinados sectores la cantidad es muy importante, pero quizás sea el momento de decantar y quedarse con aquello que por su calidad merece la pena y prescindir de lo que no aporta mucho o es más de lo mismo con un poco de atrezzo cidiano. Me parece que hay muchos puestos ambulantes que es muy difícil relacionarles con la temática cidiana lo que desvirtúa la esencia y el verdadero atractivo de la celebración. Sé que lo que planteo es nadar contra corriente y que es más agradable surfear la ola aunque no sepamos dónde vaya a romper. Supongo que los organizadores tendrán tiempo para hacer el correspondiente análisis. Yo sólo sugiero que entre los criterios a valorar no sólo se consideren los indicadores de cantidad sino también los de calidad. Con esto no quiero trasladar un mensaje negativo sino todo lo contrario. 

Felicito a quien tuviera la idea de crear actividades en torno a la figura del Cid, a quien asumió la organización de las primeras ediciones y a quien lo organiza ahora. Puedo imaginarme el gran esfuerzo de coordinación que hay detrás de una actividad de este tipo, que implica manejar a un gran número de personas, grupos, instalaciones, coberturas de seguridad, etc. Muchos servicios públicos implicados y no menos voluntarios llenos de ganas de colaborar. Creo que el gran potencial que ha demostrado tener la figura de nuestro héroe. El Cid bien merece ser explorado a lo largo del año en diferentes propuestas y no concentrarlo en un solo evento. Espero con interés en qué se concreta ese nuevo concepto Burgos y El Cid anunciado por nuestra alcaldesa.