José María Vicente

El Rincón de...

José María Vicente


Personas

19/11/2024

Más de doscientos veinte muertos y desaparecidos, el miedo metido en el cuerpo de cientos de miles de personas y unos destrozos colosales no son suficientes para que dimita nadie. Viendo cómo desde el primer momento unos y otros se han dedicado a escurrir el bulto no queda sitio para la esperanza de encontrar en la clase política un atisbo de dignidad. Si los supuestamente máximos responsables se ponen de perfil no es concebible que los segundos y terceros niveles reconozcan errores o simplemente haber tenido un mal día. Todos se camuflan en el solapamiento y maraña de las competencias entre administraciones. Es lo que hay. Por eso me aferro a lo sucedido en Burgos con el asunto de las subvenciones para las oenegés que se dedican a atender los problemas de los inmigrantes.

No creo equivocarme si afirmo que la inmensa mayoría de la sociedad burgalesa que está libre de ataduras políticas no ha entendido nada de ese pacto entre el PP y Vox para aprobar los presupuestos a costa de abandonar a una de las partes más vulnerables de la población. No tener papeles, no saber  la lengua, no tener arraigo, no tener trabajo y además tener un color o unos rasgos diferentes a los nuestros es suficiente para alentar el mayor de los abandonos dejándoles a su suerte que ya conocemos de antemano cuál va a ser. Es un planteamiento tan atroz que no ha aguantado.

Desde aquí mi mayor reconocimiento a la rotunda decisión de Cáritas renunciando a su subvención. Si ya tiene su prestigio más que consolidado por su trabajo cotidiano desde hace muchos años, ahora ha dejado claro que no tolera la manipulación política en un sesgado intento por adjudicarles filias o fobias para una u otra opción. Su firmeza y compromiso con las personas y no con los partidos políticos han sido determinantes para desenmascarar a aquellos que han querido manipular arrogándose valores de los que carecen. Sólo las malas personas son capaces de abandonar a un semejante vulnerable sólo porque no sabe cómo ha atravesado la frontera.

Cualquiera de nosotros estamos rodeados de personas que han llegado como han podido huyendo de la miseria en un viaje lleno de horrores. Ellos demuestran día a día su valía para ganarse la vida honestamente desempeñando los trabajos que nosotros evitamos. Todo lo demás está fuera de la realidad y además revela un egoísmo y supremacismo que la mayoría rechazamos.