Aquí estamos; hemos sobrevivido esta semana al huracán Kirk y seguimos con nuestros afanes diarios, procurándonos el garbanzo con el sudor de la frente, y decimos el garbanzo y no el pan porque de las robustas hogazas a los livianos panecillos, el pan está de capa caída, mientras el cultivo del garbanzo ha pegado un subidón y se ha puesto de moda en España; también en Burgos. Así las cosas, hay que comer garbanzos, que, aunque parezcan legumbre vulgar, hay otras de más baja consideración: antaño Maricastaño las niñas de Saldaña tenían fama de finolis, y se decía que no comían titos, sino garbancitos. Citábamos el otro día a Galdós a cuento de la leche, y hoy volvemos a citarlo a cuenta de los garbanzos, porque narraba la vida corriente de los españoles y en sus páginas hay mucho cocido, mucha olla y mucho garbanzo; de ahí que Valle Inclán, haciendo gala de esa mala gaita que tienen algunos escritores, le llamara garbancero. Con abundantes carnes de vaca, ternera o cerdo, o a lo pobre, con una col, toda España comía garbanzos en cocido en el inquietante XIX, y hoy también, porque como bien dijo Galdós, «el garbanzo resiste todas las modas del comer», así que lo mismo sirve en las mesas vulgares que en las refinadas, igual ayer que hoy. Uno de los personajes galdosianos, el cultísimo Máximo Manso, se quejaba de que los enfadosos higienistas de la época dijeran que los garbanzos son comida indigesta, considerándolos bolitas de carne vegetal que no tienen sustitución posible. Estamos de suerte, pues, porque en Burgos hay garbanzos para dar y tomar, para hacer potajes, y ollas, y hasta ensaladas, como en Arabia, que el garbanzo se da en todas partes y hasta se adapta al cambio climático, según dicen; en fin, que es una maravilla. Ahora entendemos que Gómez de la Serna comparara el garbanzo con un cascabel y dijera qe el cascabel es el garbanzo del optimismo, o algo así, él, que daba conferencias con un cascabel en el ojal, con un garbanzo en el ojal, qué más da, en fin, lo dicho, que en Burgos hay garbanzos al por mayor, que hay que consumir garbanzos, ya en olla rica en acompañamiento, ya en caldo flaco, garbanzos, garbanzos, garbanzos, que hay muchos garbanzos.
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