La que proporcionó más titulares fue aquella que le hicieron Aznar (PP) y Anguita (IU) a Felipe González. El recordado dirigente comunista la justificaba porque «en 1994 el PSOE era sinónimo de corrupción». Ahora se vuelve a hablar también de pinzas transversales. Una de ellas la forman dos de los partidos que apoyaron a Pedro Sánchez en la sesión de investidura. Por la punta de la izquierda Podemos, por la de la derecha Junts. Las dos formaciones intentan hacer valer sus diputados -pocos, pero decisivos- y tienen al Gobierno en un sinvivir. La formación independentista también forma parte de otra pinza bien distinta. En este caso con el PP de Feijóo. Los dos partidos de derechas se diferencian en muchas cosas pero en materia fiscal y económica suelen coincidir. De momento no se ha dado el caso de la pinza PP-Podemos, pero no la descarten. 

El nuevo tiempo que se ha abierto en la política más cercana, tras la ruptura del bipartito municipal, también anuncia otra pinza, en este caso PSOE-Vox para ponerle el mandato cuesta arriba a la solitaria Cristina Ayala. De momento, se ha traducido en un acuerdo entre los de Sánchez y los de Abascal para poner en marcha dos comisiones de investigación. Los populares estuvieron ágiles, y con buen criterio se sumaron a la que intentará despejar incógnitas sobre el escándalo de las tarjetas Prepay destapado por este periódico. 

Con el escenario que ha dejado este final de año, no es osado aventurar que 2025 va a estar protagonizado por más 'pinzamientos' entre partidos, a priori incompatibles, pero que siempre tendrán un enemigo común al que intentar hacer la puñeta. Podría ir a más, teniendo en cuenta que las diferentes legislaturas avanzan y que los políticos comenzarán a olfatear las próximas citas con las urnas. 

Conviene armarse de paciencia ante lo que está por venir. Son muchos los frentes abiertos en la política y pocas las ganas de los partidos de anteponer el bien común por encima de sus intereses. Mientras llega, al menos disfruten de estos días. Feliz Navidad.