El comercio de proximidad es una de las asignaturas pendientes de las administraciones públicas. Ese comercio que durante todo el año, y no solo durante los quince días de la Navidad, ilumina, da seguridad, decora y hace nuestras calles más seguras, limpias y atractivas para el paseo y disfrute. Los ciudadanos damos por hecho que nuestras calles son así, pero desgraciadamente ya estamos empezando a ver las orejas al lobo, con tanto cierre sin relevo y con tanto local vacío.
Es evidente que ser comerciante es una actividad de alto riesgo, donde el esfuerzo y la lucha constante para mantenerse son diarios. Qué lástima que no haya una sensibilidad suficiente en nuestros legisladores para entender que promocionar, promover y favorecer la actividad comercial de proximidad en una ciudad significa diferenciar y poner en valor la identidad de la misma frente al resto de competidores turísticos. Nuestro comercio es una apuesta mucho más segura que otros proyectos. Aquella ciudad que consiga mantener sus calles con el atractivo de un comercio con identidad propia, en convivencia con las grandes distribuidoras, será el destino de ocio más buscado y deseado por la sociedad, las empresas y la industria. Monumentos e historia tenemos todos, y ya no digo hostelería; lo diferente es esa parte del ocio tan especial y única que representa la experiencia de una compra en vivo y en directo, con un escenario tan singular como son nuestros centros históricos, y con unos profesionales convertidos casi en psicólogos, que no solo escuchan y asesoran, sino que también te aportan esa parte de humanidad que ya no tenemos en nuestras vidas. Todo ello unido hace que la experiencia de una compra, tenga un valor intangible cada vez más escaso y necesario. En cada ciudad suelo buscar el Centro Histórico y sus comercios, el que me dice cómo es la ciudad y me devuelve mucho más de lo que le doy, enriqueciendo mi limitado tiempo de ocio y disfrute.
Burgos está perdiendo muchos de esos recuerdos comerciales, inolvidables para generaciones enteras. Busquemos la solución y para empezar, esta Navidad y siempre… acuérdate y compra en el comercio local, en tu comercio.