Iñaki Elices

Iñaki Elices


La ciudad por encima de las siglas

01/12/2024

El Ayuntamiento de Burgos ha entrado en una nueva fase en este mandato, que nada va a tener que ver con lo sucedido en los meses anteriores, desde que PP y Vox llegaron a un acuerdo -ahora roto- para investir alcaldesa a Cristina Ayala. De manera que todos los actores implicados -los concejales de los tres partidos con representación en el Pleno- harían muy bien en hacer 'tábula rasa', poner el cronómetro a cero y hacerse a la idea de que el escenario es otro muy distinto y de que, antes que cualquier interés político, está el de trabajar por el desarrollo de Burgos, por que esta capital no se quede paralizada. Y para ello los líderes de las tres formaciones tienen que cambiar su actitud desde ya. 

Para empezar, el PP se tiene que dar cuenta -y parece que lo está haciendo ya- de que Vox en la oposición no va a ser una muleta sobre la que apoyarse a perpetuidad, por mucho que Ayala haya dicho en los últimos días en más de una ocasión que su partido se siente mucho más próximo a los de Martínez-Acitores que a los socialistas. No tendría mucho sentido salir de la coalición de Gobierno y continuar votando -gratis y por nada a cambio- todas las iniciativas que impulsen los populares. De manera que la alcaldesa y su equipo tendrán que limar asperezas con el PSOE, apelar a la responsabilidad de sus 12 concejales, y sentarse a hablar y hablar y hablar hasta llegar a acuerdos. Los socialistas, empezando por su líder, Daniel de la Rosa, deben dejar a un lado el papel de víctima, de partido maltratado por la pinza PP-Vox, para tratar de capitalizar su fortaleza en el Pleno -no hay que olvidar que el PSOE fue la formación más votada en las municipales de 2023- alcanzando pactos con los populares, cediendo en unos casos y siendo exigente en otros para que la ciudad avance por la senda que marcan los dos partidos mayoritarios. No queda otra. Y Vox no lo va a tener fácil.

Por un lado sentirá la presión de Madrid para oponerse por norma a todo cuanto proponga del PP. Pero sus ediles saben que los burgaleses no les perdonarán que Burgos se estanque por su instalación continua en el no. 

Solo si nuestros políticos ponen a la ciudad por encima de las siglas se salvará la legislatura. Si no, será un desastre.