Ayer la jira del Parral fue en la Quinta, que no es lo mismo, de igual forma que tampoco lo es el Corpus en reluciente jueves que en anónimo domingo, ni la procesión a la luz vigorosa de la mañana con repique de sol y bronce de campanas, que a la luz siempre madura y decadente de la tarde. Todo fluye, decía Heráclito el oscuro, todo, hasta las tradiciones, que van cambiando y haciéndose sensiblemente diferentes, aunque iguales. La fiesta popular de ayer no es la de las gentes de finales del XIX que reflejó Jacinto Ontañón en las Parraleras de su diario El Papa-Moscas: Si el viernes vas al Parral / como aquí es costumbre el ir / cierra pelendón la casa / por lo que pueda ocurrir. Lo que podía ocurrir, claro, es que los ladrones entraran al descuido, porque ellos no iban de jira en día de tan intenso trabajo, y no bailaban, ni bebían como los demás, abandonados al deleite campestre ese día de placer, / dulce instante de gozar, / que cifra nuestro poder / en bailar y más bailar, / en beber y más beber. La romería del Parral era sencilla alegría vecinal y música fresca de organillo, era la primavera lenta e infinita de entonces, era el gran silencio que cubre el pasado con su niebla muda, eran hogueras de vino y júbilo, era un haz de gentes felices, recostadas a la sombra de los viejos chopos del Parral habitados por los cuclillos: De la barraca a la sombra / puestos en forma de anillo, / diciendo alegre estribillo / sobre la mullida alfombra / que motea el 'cuculillo'. Pero todo fluye, decíamos, todo cambia y siempre hay un Heráclito con la filosofía a punto para hacernos reflexionar sobre algo, tal vez sobre cómo respiramos hoy el aire verde y profundo de la tarde del Curpillos, silenciado ya el viejo campanario de las Huelgas y ahítas las palomas de vuelo eucarístico, tal vez sobre cómo hemos cambiado a la luz de aquel Burgos, tan lejano ya, pero tan nuestro siempre, al que nos une el cordón umbilical de la fiesta del Parral: 'filosoferas' / no faltarán, / bailes, jaleos, / bulla y demás, / que en esta jauja / nada va mal / si hay diversiones / hasta rabiar. / ¡Ole con ole, / cancán, cancán, / viva mi tierra, / viva el Parral!
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