El rey está que se sale esta semana. Todos son elogios mayúsculos en el décimo aniversario de su coronación hacia su profesionalidad, compromiso y buen hacer en medio de esta España nuestra tan tensa, tan convulsa y tan tirante, hacia los extremos y hacia su ruptura. Pero no seguiré por ahí. Por ese lado ya está casi todo dicho. Y de la monarquía como cabeza del Estado tampoco voy a hablar. Ese charco ahora, gracias a Felipe VI, está bastante vado y manso.
Mi aportación real es muy liviana y totalmente prescindible. Y es que no sé a ustedes, pero a mí me resulta ridículo y hasta ofensivo, como que me llaman idiota a la cara, escuchar de fuentes oficiales y en la mayoría de los medios de comunicación eso de que el otro rey, el emérito, «ha viajado a Sanxenxo para participar en una regata». Mientras, en las televisiones se ve a Juan Carlos haciendo esfuerzos por mantenerse en pie y ayudado por dos personas para subirse a un barco. Que me pregunto yo ¿para «participar»? ¿Con muletas, con la cadera de aquella manera y 86 años? ¿Para competir? ¡¡Por favor!!
Pero hoy es domingo, Martín, 'relaja la faja', como suele decirse. O al menos eso se decía antes. Hasta las coletillas evolucionan que es una barbaridad. No es día para hacerse mala sangre, y menos por eso.
Una breve reflexión laboral: llevamos años escuchando que faltan camareros, especialmente en verano, cuando más se necesitan. Y se plantean unas cuantas causas. Yo añadiría otra. Antes, por 'sugerencia' de nuestros padres, dedicábamos los meses de vacaciones a sacarnos unas 'perrillas'. Ahora, por suerte y por el progreso general, mandamos a nuestros hijos a Inglaterra o a Irlanda a estudiar inglés, con todos los gastos pagados y el Bizum activo. Tiempos modernos.
Por cierto, ¿ustedes creen que el radar de la carretera del cementerio, por donde hay una limitación a 50 por hora, multa a las bicicletas en la bajada si superan esa velocidad? ¿Y si circulan por la acera?
Y para ir bajando la persiana, un consejo de temporada, de turistiqueo. Si buscan un restaurante para comer o cenar, además de tener en cuenta el precio y si hay menú y platos básicos para los niños, echen un vistazo al comedor y, sobre todo, a la tele. Puede que tengan Telecinco con Supervivientes a todo volumen y se les corte la digestión.