E' un mondo difficile / E vita intensa / Felicita' a momenti / E futuro incerto... Italiano, pero se entiende. Y se asiente. Lo cantaba hace unos cuantos años el artista de Capiscol rebautizado como Tonino Carotone en su tema Me cago en el amor. Nubarrones muy oscuros. Él los veía desde el corazón. Nosotros, diariamente en el Telediario y en la cara desconfiable y soberbia del elefante que ocupa la Casa Blanca y preocupa en el mundo por convertir en una patata aún más caliente lo antes llamado Tierra. Es lo que hay y con estos bueyes tendremos que seguir arando. 

Pero no quiero romper hoy mi tradición de más de un cuarto de siglo de asomarme a este balconcito ligero de equipaje y ausente de sesudos razonamientos y atrevidos consejos a diestro y siniestro sobre cómo pilotar las naves públicas. Yo prefiero pasear con ustedes por las veredas de alrededor, lejos de bandos y de verdades absolutas.

Y si me permiten y me perdonan, porque se trata de un asunto muy grave que tiene que ver con la vida y las lentejas de miles y miles de personas, les diré que casi tengo ganas de que suba ya Donald Trump los aranceles que quiera, pero ya, para que deje marearnos de una vez: que si a ti y a ti, por esto y lo otro; que te lo quito, que te lo doblo, que te lo aplazo; que lo suspendo; que no, que era broma... ¡Por dios! ¡Cómo tienen que estar de los nervios también los de la imprenta de la Administración de EEUU con los impresos oficiales y los informáticos gubernamentales actualizando los programas con tantas idas y venidas...!  

Mondo difficile. Futuro incerto.

Pero cambiemos de tema, a algo que nos dé menos dolor de cabeza y más pie al debate de vermú dominical. Por ejemplo: ¿No podría considerarse maltrato animal el mushing? ¿Que qué es eso? Pues las carreras en las que varios perros tiran de trineos con alguien montado y que para hacerlo más duro suben cuestas y pasan por charcos y baches a la máxima velocidad posible? ¡Ojo! Yo planteo, no afirmo. Que luego me enredáis.

En fin, igual desvarío o me hago mayor. ¿Madurar? No. Dicen que eso es que te conozca el de la farmacia. Por eso yo voy cada mes a una distinta.