Martín Serrano

Plaza Mayor

Martín Serrano


Tatán tatatán

08/07/2024

Este domingo de euforia eurocopera se cerraron las fiestas mayores de la ciudad fundada por el nuevo y rarito gigantón, Diego Porcelos, y estamos en medio de las vacaciones de las competiciones deportivas que se extienden a lo largo de casi todo el año. Por ello, es momento oportuno para plantearles un debate que, como suele decirse, sea cierto o no, está en la calle. Asunto muy local, despierta pasiones, en su mayoría de orgullo, de euforia y de voz bien alta. Rematada con aplausos.

Pero también hay quienes lo 'aguantan' estoicamente, sin mover un músculo, de pie -para no dar la nota- y esperando a que acabe cuanto antes. Y existe un pequeño porcentaje de burgaleses a los que, sea por un motivo u otro, se les revuelve el estómago en esos momentos, se irritan y ponen caras de probador de vinagres en faena. De todo hay en la viña del señor.

Para muchos ciudadanos de la Cabeza de Castilla, perla del Arlanzón, tierra del Campeador, cruce de caminos y crisol de culturas, nunca habrá exceso de este momento que entona corazones y levanta raíces. Otros, sin embargo, lo llevan peor que despertarse todas las mañanas con los Pajaritos de María Jesús y su Acordeón. Y temen que si un día se compran una merluza de más de 5 kilos, el pescadero apriete el botoncito para que suene y ennoblezca tal gesto económico y gastronómico. 

Supongo que algunos de ustedes ya han adivinado por dónde va este entremés. Sí, por la «tierra sagrada donde yo nací; suelo bendito donde moriré...». 

El Himno a Burgos tiene energía y cuajo, tanto en letra como en música, y en los últimos años ha multiplicado su popularidad en esta «cuna adorada de mis mayores», sonando y siendo cantado muy arropado, además de en los Sampedros, en el inicio de los partidos baloncesto y de balonmano, en un céntrico bar todas las noches a las 22 horas, al finalizar numerosos conciertos de músicas diferentes, en los toros, etc.

¿Tiene que ver en ello la 'calidad' de la propia pieza musical? ¿Los burgaleses hemos dejado de sentirnos ciudadanos menores y ha subido nuestra autoestima? ¿Influye el excelente momento que vive el deporte local? ¿Las nuevas generaciones valoran más y mejor que las veteranas la potencia económica de esta tierra, así como su riqueza patrimonial y natural?...

El caso es que la semana pasada iba una abuela por Gamonal con su nieto de dos años en su sillita y el peque, que apenas era capaz de hacerse entender, iba cantando a grito pelado el Himno a Burgos. ¡Y el tío se lo sabía entero! ¡Tremendo!