No se asusten, que no voy a hablar de actualidad ni de política. Ya saben que yo eso, en público, lo esquivo como un gato escaldado hasta el agua fría. Echo mano en el título del término 'bulo', que quizá sea elegida la palabra del año, porque mi rigor científico está a la altura de esas armas que usan con tanta desvergüenza mandatarios y mandones.
Hace ya un tiempo les comenté qué 'método' usé para fijar la edad hasta la que somos jóvenes, para pasar luego a ser hombres o adultos. Coincidió en la misma semana que dos amigos se compraron un paraguas en una paragüería (y no en un bazar a bajo precio), y tenían los mismos años. 33.
Hoy quiero compartir con ustedes mi teoría sobre la llegada a la primera de las cuatro fases que dicen tiene la tercera edad. Obviamente, todo es muy subjetivo y personal; cada caso, un mundo. Pero bueno, para entretenernos en este festivo puede valernos. Pues, se tenga la edad que se tenga, un indicador o señal puede ser para los hombres el acudir a hacer la compra con carrito. Como habrán comprobado, soy todo un ejemplo de ciencia en su vertiente más empírica.
Pero dejemos esto de las edades, que es muy sensible y puede generar rechazo, malestar o polémica. Que hay gente muy coqueta y susceptible.
Preguntémonos mejor por qué los servicios nacionales de espionaje son tan pretenciosos y se autodenominan 'de Inteligencia'. Con 'de Información' hubiera sido más que suficiente.
¿Y a qué tres delicias se refiere el conocido preparado con base de arroz? ¿Trocitos de zanahoria, judías verdes y granos de maíz? ¿Delicias? Excesos verbales. Como cuando los políticos dicen que están trabajando muy duramente y realizando un gran esfuerzo para hacer realidad tal o cual obra. ¿Sabrán ponerse un buzo? ¿Y mear con él?
Pero dos de mis frases preferidas del gremio de los supuestos servidores públicos son cuando afirman a cámara o a micrófono, todo serios y profundos ellos, que el proyecto en cuestión concluirá «lo antes posible». Y cuando enfatizan con similar entrega y reflexión que «la juventud es el futuro». Y se quedan tan anchos los primos de Perogrullo.
Por cierto, qué bien se llevan dos cajas de leche, cuatro kilos de mandarinas y otros tantos de manzanas de reineta sobre ruedas.