Acabo de ver a Lola Herrera en ese programa resumen de año que nos regala Carlos del Amor en TVE. Una pieza todo talento, belleza, buen gusto y profundidad. La pena es que junto a acontecimientos importantes para el mundo también vuelven a la primera línea aquellos personajes de la vida pública que nos han ido dejando. Algunos los ves con incredulidad y te preguntas si es verdad que fulanito o menganita ha muerto. Y en ese monólogo cuidadísimo Lola Herrera recuerda algunas frases pronunciadas en el año que se acaba de ir. Auténticos personajes como Meryl Streep cuando recibiendo su Premio Princesa de Asturias nos animaba al esfuerzo de entendernos mejor en las distancias cortas. O la reflexión de Luis Mateo Díez cuando afirma que la vida es incómoda, pero que hay que vivirla. Desde luego es mucho más incómodo, por no decir que francamente molesto, no tener una vida que vivir. La pena es que nuestra miopía habitual hace que interpongamos sucesivas capas de superficialidad para no ver lo evidente con su claridad innata.
Claro que es muy difícil abstraernos de las bombas indiscriminadas de Israel sobre Gaza castigando insoportablemente a la población civil. Ni es el momento ni quiero profundizar en este conflicto, pero realmente no sé qué espera Israel con esta sobreactuación brutal sobre los palestinos. Una venganza que hace mucho perdió sentido si lo tuvo alguna vez. Sólo crea más odio y terrorismo. Están ciegos si creen que pueden ganar esta guerra sólo con las armas.
Tampoco hay que olvidar al dictador ruso y su persistencia en atacar una y otra vez a los ucranianos cuando han demostrado y lo seguirán haciendo que no van a permitir un vecino abusador. No sé qué tiene que pasar para que los rusos abran los ojos a la realidad terrible de su líder.
Alguien dice que estas guerras y otras que no ocupan los telediarios han proliferado como consecuencia de que los jefes que venían dominando el mundo están en crisis y otros están tomando su lugar. Es posible, pero no me consuela.
Pero bueno, dado que acaba de empezar el año no voy a dejarme deslizar más por la pendiente de lo negativo. Mantengo la esperanza en el poder del ser humano y en su capacidad para hacer bien las cosas. Para todos ellos mi mensaje es de esperanza y seguro que acabaremos 2024 sin fumar y hablando inglés fluido. ¡Feliz Año Nuevo!